Fue casi un año trabajando en el laboratorio de investigación oncológica y realmente fue bastante bien, la verdad. Me dedicaba a tratar de entender cómo funcionaban tres medicamentos de cáncer de mama.
Esos medicamentos ya se usaban en el hospital sin problema, pero no se conocía por qué funcionaban. Esto pasa bastante a menudo, porque los laboratorios de creación de medicamentos muchas veces prueban sustancias al azar a ver si funcionan, y si lo hace, ¿para que darle más vueltas?
Me dedicaba a cultivar células de tumores humanos (puedes comentar con María cómo funciona que ella lo hace todos los días) y a echarles los fármacos. De casualidad comprobamos que cada medicamento funcionaba de una manera diferente: los tres mataban las células pero de distintas maneras, lo que hacía posible que se pudieran combinar y hacer un tratamiento más potente.
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